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    Payasos, Spiderman y un minion salvan a conductor varado

    Cinco payasos se aliaron con Spiderman y un minion para poder ayudar a un conductor en problemas a encender su auto e irse del lugar.

    Los héroes son reales y pueden estar en cualquier parte. En Argentina, por ejemplo, Spiderman, un minion y cinco payasos se aliaron para poder ayudar a un ciudadano regular que estaba teniendo problemas con su auto. Gracias a las fuerzas combinadas de todos, el conductor pudo arrancar el vehículo nuevamente y seguir hacia su destino.

    En el video que se ha dado a conocer en redes se puede ver cómo seis personas están intentando empujar un auto modelo Renault 18 que se quedó varado a medio camino. Además del conductor y otro ciudadano regular, hay cuatro payasos que llegan para salvar el día. Mientras el equipo empuja, un minion hace de semáforo humano para evitar que haya algún accidente.

    Cuando el auto cruza la calle, el minion se une para sostener ligeramente el marco de una ventana mientras trota. Asimismo, un Spiderman de bajo presupuesto corre al lado de sus compañeros enviándoles buenos deseos en su heroica labor. Por otra parte, un quinto payaso se queda cerca de la escena, pero no hace nada más que grabarla para la posteridad, igual que la persona que terminó compartiendo el material videográfico de este encuentro fantástico en las redes sociales.

    Se sabe que el singular encuentro entre los personajes de fantasía se dio en Argentina por los medios nacionales que lo reportaron. Sin embargo, no hay mucha más información sobre la locación exacta en donde apareció esta liga de la justicia que nadie nunca imaginó ni pidió, pero que estuvieron ahí cuando alguien los necesitaba.

    ¿Qué te pareció esta improvisación de la popular canción de Buscando a Nemo interpretada por la clase trabajadora? ¿Te parece que la realidad puede competir con la ficción?

    Yet Akatzin Almazán
    Yet Akatzin Almazán
    Alguna vez lo tuve todo y hoy ya no hay nada de eso. Pero nunca hay vacío. Alguna vez tuve trece gatos y ahora soy solo una gata bajo la lluvia que no sabe más que escribir, jugar y llorar. Sigo siendo malabarista por amor al arte y escritora por oficio, por empecinada.

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