A lo largo de miles de generaciones la mariposa monarca ha aprendido a llenar todo su cuerpo de veneno en contra de sus depredadores.
La mariposa monarca no solo es de los tipos más longevos y con más alcance en la Tierra, si no que también destacan por almacenar un poderoso veneno en su interior. Este veneno lo juntan dentro de ellas cuando son larvas. Cuando se convierten en mariposas, este permanence dentro de su cuerpo, especialmente dentro de sus alas y coraza.
Estos insectos son conocidos por los largos viajes que hacen desde Argentina, pasando por México y hasta llegar a Canadá. Asimismo, su tiempo de vida de 9 meses los vuelve mucho más longevos que la mayor parte de otros tipos de mariposas. Son todos estos cambios de entorno y de condiciones lo que han hecho que esta especie evolucione para protegerse de todos los depredadores posibles.
La forma evolutiva en la que la mariposa monarca ha solucionado su problema de depredadores es ingiriendo el llamado ‘algodoncillo’, cuyo verdadero nombre es ‘asclepia’. Este es el alimento principal de las larvas. Asimismo, es uno de los elementos que permea el interior de su crisálida mientras se convierten en masas viscosas preparándose para eclosionar. Cuando la larva se convierte en mariposa esta deja de consumir algodoncillo, pero el veneno se queda permeando las alas, la coraza y parte de los intestinos de la mariposa.
¿Quiénes pueden superar esas toxinas?
El veneno de la asclepia es conocido por ser untado en las puntas de flechas y dardos de cazadores y guerreros africanos. Asimismo, se sabe que con una cantidad suficiente un humano y hasta un caballo podrían sufrir un paro cardiaco fulminante. El veneno es tan poderoso que, hasta el momento, solo se han encontrado tres especies que pueden devorar estas mariposas.
Los depredadores de las mariposas monarcas son el ratón ciervo (Peromyscus maniculatus), el pájaro picogrueso cabecinegro (Pheucticus melanocephalus) y el ave oropéndola de lomo negro (Icterus abeillei). Los tres tipos de criaturas se encuentran en México y ambas aves habitan los estados de México y Michoacán, donde llegan las monarcas para pasar el invierno. No obstante, mientras el picogrueso cabecinegro ha demostrado poder comer el insecto entero, el oropéndola de lomo negro solo come el interior de las mariposas, dejando las partes con mayor contenido de veneno fuera de su dieta.
En diversos estudios, como el que estuvo dirigido por Noah Whiteman, de la Universidad de California, se ha determinado que la resistencia a las toxinas del ‘algodoncillo’ fue algo que se dio gradualmente a través de diversas generaciones. No obstante, la combinación que ha obtenido la mariposa monarca es una sumamente rara. Esto debido a que, aunque hay especies que pueden alimentarse del algodoncillo sin ser afectadas por su veneno, son muy pocas las que han logrado almacernarlo para su propia defensa.
¿Cuántos ejemplares de mariposa monarca crees que aguante un ser humano sin morir por su veneno?
Con información de BBC y Voz populi