En un pequeño pueblo de Borgoña, Francia, se esconde el Fosse Dionne, un pozo sin fondo cuyo origen también es desconocido.
El pueblo de Tonnerre es el que resguarda desde tiempos inmemoriables al Fosse Dionne, el pozo sin fondo que fue considerado sagrado por los celtas. De este nace un torrente de agua del que nadie sabe su origen. Debido a esto, el llamado ‘pozo divino’ ha sido objeto de leyendas y cultos a lo largo de diversas civilizaciones. ¡Es igual de misterioso que el peculiar ‘ojo de la Tierra’ en Croacia o el profundo ‘portal acuático del infierno’ en Estados Unidos!
El torrente del río que nace del pozo es de aproximadamente 311 litros por segundo. En tiempos de lluvias abundantes, este puede crecer para llevar hasta 3000 litros por segundo. Aunque fue la cultura romana la primera en dejar un registro escrito sobre este nacimiento de agua, los celtas fueron los primeros en adorarlo como un lugar divino y establecerse en sus cercanías. Durante este tiempo se contaban leyendas sobre una criatura marina que habitaba el lugar.

Durante el reinado de Roma sobre los otros pueblos, este se convirtió en un importante suministro de agua para el Imperio. Después, cerca del siglo XVIII, el pueblo franco lo utilizó en forma de piscina pública. En la actualidad, el Fosse Dionne es un atractivo turístico que recibe a visitantes de todo el mundo.
Hasta el momento dos buzos murieron en 1974 y otro más en 1996 mientras intentaban encontrar el fondo del pozo y el origen de su agua potable. En el 2018, el pueblo de Tonnerre contrató al buzo Pierre-Éric Deseigne, quien pudo recorrer 370 metros de distancia a lo largo y 70 metros de profundidad del pozo. Afortunadamente, el buzo regresó con vida, pero no pudo encontrar el fondo de este nacimiento de agua. En esta última ocasión el especialista llevaba consigo una cámara y algunos de los videos captados por el buzo fueron puesto a disposición del público por el gobierno de Tonnerre.
¿Alguna vez has conocido en persona un cuerpo de agua tan profundo como este?
Con información de La Voz y el Heraldo de México