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    Cielo se tiñe de rojo repentinamente en isla de China

    Los pobladores de la isla de Zhoushan, en China se vieron sorprendidos y aterrados cuando el cielo de repente se tornó de un rojo profundo.

    Cerca de las 8 p.m. del 7 de mayo del 2022 los isleños de Zhoushan, en China, vivieron momentos de angustia cuando el cielo se tornó completamente rojo. A pesar de que ya se dio una explicación científica para el fenómeno muchos pobladores y pobladoras creen que es una mala señal para el país y la región.

    El extraño fenómeno se hizo viral en la red social china Sina Weibo. Sin embargo, este resultó tan sorprendente que videos y fotografías del mismo pronto le dieron la vuelta al mundo a través de Twitter, Instagram y Facebook.

    Hay una explicación científica para todo esto

    Similar a lo que sucedió en España y Francia, en donde el cielo se tiñó de naranja, lo que sucedió en la isla de China tuvo que ver con las condiciones climatológicas del lugar. De acuerdo con la Oficina Meteorológica de Zhoushan la combinación de lluvia y niebla aumentó la refracción de las luces en el puerto. Por otra parte, la empresa China Aquatic Products Zhoushan Marine Fisheries Co. confirmó que uno de sus barcos pesqueros había desplegado luces rojas con el fin de poder cazar papardas, un pez similar a las sardinas.

    A pesar de que la explicación de la Oficina Meteorológica y el informe de la compañía pesquera concuerdan, hubo habitantes de la región e internautas que calificaron el fenómeno como una mala señal. Algunas personas predijeron que un terremoto atacaría la isla, mientras otras aseguraron que el cielo rojo tiene que ver con la pandemia de COVID-19 que no ha dejado en paz al país desde sus inicios.

    ¿Alguna vez has visto un cielo de un color tan intenso y extraño como el rojo que se vio en Zhoushan, China?

    Con información de Prensa Libre y Excélsior

    Yet Akatzin Almazán
    Yet Akatzin Almazán
    Alguna vez lo tuve todo y hoy ya no hay nada de eso. Pero nunca hay vacío. Alguna vez tuve trece gatos y ahora soy solo una gata bajo la lluvia que no sabe más que escribir, jugar y llorar. Sigo siendo malabarista por amor al arte y escritora por oficio, por empecinada.

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