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    ‘Fantasma’ mueve columpio en escuela

    Un joven en Argentina compartió los extraños momentos en los que un columpio dentro de una escuela vacía se mueve como si hubiera un fantasma jugando con él.

    Un chico y sus amigos grabaron la forma en la que un columpio dentro de una escuela vacía se movía como si alguien estuviera jugando con él. El encuentro paranormal se dio en la provincia de Buenos Aires, Argentina, y algunos vecinos de la región confirmaron que este es un fenómeno que se da constantemente en el pueblo.

    El usuario Fede Veyga fue quien compartió el video del columpio a través de sus redes sociales. El hombre se encontraba con algunos amigos en el Centro Agrícola Pato, perteneciente a Berazategui, cuando notaron algo raro en el colegio San Pablo Apóstol. Al acudir al lugar fue que Fede y sus compañeros vieron la insólita escena y la compartieron a través de un video ‘en vivo’ a través de Facebook.

    En el video se puede escuchar a los jóvenes discutir si se están enfrentando a un truco hecho por otro humano o si es un fantasma el que están viendo jugar con el columpio. Detrás de cámaras se puede escuchar a uno de ellos explicar que ningún otro juego se está moviendo de manera similar dentro del prado. Aunque otro de ellos dice que esto se puede deber a que el columpio moviéndose está torcido, las fuertes oscilaciones hacen creer a los otros que algo más fuerte está sacudiendo el juego de niños.

    En su publicación original diversos habitantes del Pato informaron que esto es algo que sucede continuamente dentro de la escuela. Además de lo anterior, la gente de la región comenzó a compartir otras experiencias en donde han visto niños corriendo por las instalaciones de la escuela aún sabiendo que se encuentra vacía.

    ¿Qué crees que cause ese movimiento en el columpio? ¿Un fantasma, un animal o algo más?

    Con información de Clarín y Crónica

    Yet Akatzin Almazán
    Yet Akatzin Almazán
    Alguna vez lo tuve todo y hoy ya no hay nada de eso. Pero nunca hay vacío. Alguna vez tuve trece gatos y ahora soy solo una gata bajo la lluvia que no sabe más que escribir, jugar y llorar. Sigo siendo malabarista por amor al arte y escritora por oficio, por empecinada.

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