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    Automovilista transmite en vivo su propio choque

    Un automovilista en Nuevo Laredo, Tamaulipas, grababa un gigantesco incendio cuando el choque de su propio vehículo lo regresó a la realidad.

    El incendio de una recicladora causó estragos por más de 12 horas en Tamaulipas, México. Mientras los bomberos y protección civil luchaba contra las llamas, un habitante de Nuevo Laredo manejaba sobre la Avenida Reforma e intentaba grabar el lenajo incendio, lo que derivó en un choque inesperado, pero prevenible.

    Las llamas comenzaron a envolver la cartonera cerca de las 2 de la tarde del martes 25 de octubre del 2022. El hombre que iba detrás del volante y de la cámara transmitía en vivo lo que se podía ver desde su ciudad. El tamaño del incendio hipnotizó al hombre, quien comenzó a incorporarse a los carriles laterales, los cuales estaban en alto total.

    De un momento al otro, el hombre se da cuenta de que tiene que frenar y lo hace desesperadamente. Las llantas rechinan y el celular que graba toda la acción se cae. Posteriormente se escucha un golpe de láminas y cuando el automovilista regresa la cámara a su lugar, dice con frustración:

    “Bueno. Ya. Chocamos. Fin de la transmisión“.

    Lo sucedido con el automovilista hizo que mucha gente se riera de su desgracia y advirtiera sobre los peligros de usar el teléfono mientras se maneja. No obstante, las labores hechas por el cuerpo de bomberos de Tamaulipas fueron las que se llevaron la mayor atención y aplauso por parte de los habitantes de Nuevo Laredo. Esto debido a que tuvieron que luchar cerca de 12 horas para poder contener el fuego, una pelea similar a la que tuvieron los cuerpos de auxilio cuando un bazar chino se incendió por completo.

    ¿Qué es lo más tonto o peligroso que te ha pasado por ir distraído o distraída mientras manejas?

    Con información de Milenio y La Silla Rota

    Yet Akatzin Almazán
    Yet Akatzin Almazán
    Alguna vez lo tuve todo y hoy ya no hay nada de eso. Pero nunca hay vacío. Alguna vez tuve trece gatos y ahora soy solo una gata bajo la lluvia que no sabe más que escribir, jugar y llorar. Sigo siendo malabarista por amor al arte y escritora por oficio, por empecinada.

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