Un gallo en Perú recibió una denuncia en su colonia por ‘cantar muy alto’. Su dueña tuvo que luchar arduamente para que el animal no fuera ‘reubicado’.
Claudio vive con su dueña, Naomi, en el municipio de Jesús María, perteneciente a la provincia de Lima. Desafortunadamente, el cantar mañanero de este gallo molestó tanto a dos de sus vecinas que el dúo recibió una denuncia en la cual se amenazaba con reubicar al animal si no se conseguía la aceptación vecinal suficiente.
Naomi Sotillo es una joven estudiante de enfermería que encontró a Claudio en un basurero. En entrevista con medios locales, la mujer comentó que: “Yo lo rescaté de la muerte y él de la depresión. Fue en un momento en el que todo se me juntó. Lo rescaté de un basural, me hace feliz cuando canta”. Naomi tiene al ave desde que es pequeño. No obstante, los problemas comenzaron cuando el polluelo se convirtió en un gallo y comenzó a emitir sus primeros cantos.
De acuerdo con la dueña de Claudio, una de las personas que levantó la denuncia es su propia tía, la cual está siendo apoyada por otra vecina del múltiplex en donde viven. En agosto del 2021, agentes de la municipalidad acudieron a su domicilio para asegurarse de que el animal se encontraba en condiciones óptimas.
Hasta un gallo puede tener enemigos por su canto
A pesar de que el gallo se encontraba en ‘las mejores condiciones posibles’, en noviembre del mismo año la chica recibió un acta de inspección por ruidos molestos. En este le solicitaban a Naomi reunir las firmas del 50% + 1 de los vecinos y vecinas que viven con ella en donde expresaban que estaban de acuerdo con la estadía del gallo.
La joven peruana envió el papeleo necesario y esperó durante cuatro meses. Desafortunadamente, cuando obtuvo una respuesta fue con una multa de 920 soles, lo cual representa 4858 pesos mexicanos con 28 centavos. Junto con todo esto venía una carta que comunicaba que la joven nunca había enviado el papeleo necesario a la municipalidad. Debido a esto, la chica tenía que reenviar todo lo solicitado por la Municipalidad o si no, reubicar a Claudio en una zona no urbana. Posteriormente, se supo que Naomi había enviado algunas copias en desorden. Por esta razón, los funcionarios públicos que atendieron su caso no tomaron en cuenta su papeleo.
Sotillo volvió a juntar las firmas necesarias y habló con medios locales mientras recorría las calles del centro de su ciudad como forma de protesta. En estas conversaciones, la chica informó que lo más temprano que el gallo empieza a cantar es a las 6 a.m., mientras que queda completamente en silencio desde las 5 p.m. y hasta el siguiente día. Por esta razón, la joven afirma que su mascota no representa una molestia para la población de Jesús María.
“Estoy haciendo los papeles que me pidió la Municipalidad, la firma de mis vecinos aledaños y mi descargo. Hoy día lo presento dentro de un rato ya para que me den resultado final. Pues [espero] que me anulen la multa injusta de 920 soles por un gallito. […] Que me dejen vivir tranquila con mi Claudio porque no hacemos daño a nadie. Lo único es que canta como el perro ladra y el gato maulla“.
Aunque Naomi estaba confiada de que su segundo intento sería exitoso, ya estaba preparando un amparo con un abogado. Esto en caso de que la Municipalidad rechazara nuevamente su solicitud y pidiera reubicar a Claudio. Asimismo, la chica resalta que el problema no es con todos sus vecinos, si no que es principalmente con su familiar. A pesar de eso, la joven siempre se mantuvo optimista sobre su victoria y la de Claudio frente a la amargura de su tía.
“La verdad es que el problema es mi tía. Una sola persona nada más es el problema porque a parte de que no lo quiere y no le gusta ningún tipo de animales, por problemas personales también quiere hacer la injusticia de quitarme a mi gallito“.
¿Denunciarías a alguno de tus vecinos o vecinas si tuvieran un gallo cantor?
Con información del Popular y El Comercio