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    Encuentran al ‘Endurance’ un siglo después de su naufragio

    Un grupo de exploradores marinos han encontrado los restos del famoso barco Endurance, cuyo naufragio sucedió en la Antártica durante 1915.

    Un equipo de investigadores se lanzó en la misión Endurance22 en el mar de Weddell, con el fin de encontrar al navío que sufrió un naufragio en 1915. Luego de dos semanas de ardua búsqueda, el equipo logró encontrar el barco perteneciente al capitán Ernest Shackleton en casi perfecto estado.

    La misión principal del Endurance fue realizar un viaje a través de la Antártica, saliendo desde Ciudad del Cabo en Sudáfrica. Desafortunadamente, el hielo atrapó al barco y posteriormente lo perforó. Esto obligó al capián Shackleton y a su tripulación a regresar a tierra firme a pie sobre el hielo y con la ayuda de un pequeño bote que pudieron rescatar antes de que el barco fuera aplastado por bloques de hielo y cayera a más de 3,000 metros de profundidad.

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    A la derecha el capitán Shackleton junto con un miembro de su tripulación. Están observando cómo se hunde el Endurance. / Foto: BBC

    Para poder realizar esta expedición de rescate el equipo tuvo que esperar a que la gruesa capa de hielo del mar de Weddell disminuyera en densidad. Asimismo, tuvieron que valerse de un triturador de hielo industrial para poder llegar hasta las profundidades en donde se encontraba el navío.

    Debido a que este es un monumento protegido por tratados internacionales, los miembros de la expedición Endurance22 no han podido llevar nada a la superficie. No obstante, sí grabaron videos en donde se ven algunas de las pertenencias de los expedicionarios que habitaban el barco, así como las instalaciones del mismo. Algo igual de sorprendente a lo encontrado en la ciudad hundida de Shicheng.

    ¿Qué tesoros históricos crees que se hayan conservado dentro del Endurance luego de su naufragio?

    Con información de BBC y DW

    Yet Akatzin Almazán
    Yet Akatzin Almazán
    Alguna vez lo tuve todo y hoy ya no hay nada de eso. Pero nunca hay vacío. Alguna vez tuve trece gatos y ahora soy solo una gata bajo la lluvia que no sabe más que escribir, jugar y llorar. Sigo siendo malabarista por amor al arte y escritora por oficio, por empecinada.

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