El palacio real de Bruselas tiene una sección cuyo techo está tapizado de las alas de millón y medio de raros, brillantes y metálicos insectos.
Cerca de 1.4 millones de escarabajos joyas o ‘bupréstidos’ adornan el lugar de trabajo y de encuentros sociales de la realeza de Bélgica. Este techo de insectos se encuentra específicamente en el ‘Salón de los Espejos’ en el palacio de la realeza en Bruselas y ha causado opiniones controversiales respecto a los materiales empleados.
En el 2002 la reina Paola de Bélgica recuperó una tradición que se había perdido desde la muerte de Leopoldo II en 1909. Esta permite que la reina o rey en turno invite a un artista contemporáneo de su época para redecorar o cambiar algo en el palacio. La reina Paola decidió invitar a Jan Fabre, el cual se ha caracterizado por el uso de elementos fuera de lo común para realizar sus obras, como lo son insectos, sangre y otros fluidos humanos.
Fabre empleó 1.4 millones de escarabajos joya, el cual se encuentra solo en Tailandia y otras áreas del sudeste de Asia. La parte exterior de sus alas tiene un recubrimiento de quitosanto, el cual evita que el caparazón pierda el brillo con el paso del tiempo. Esta belleza y resistencia de estas carcasas de insectos fueron las razones principales por las cuales el artista quiso intervenir el salón de esta manera.
El nombre de la obra es ‘El cielo de las delicias’. Cerca de 29 asistentes de Fabre fueron quienes tapizaron tanto el techo como las paredes y un gran candelabro de estos pequeños animales. Aunque la población de los mismos es lo suficientemente grande como para que no estén en peligro de extinción, la obra ha sido criticada por defensores de los derechos animales por el uso de millones de cadáveres para un fin estético.
¿Qué piensas sobre el uso de tantísimos insectos para una obra de arte?
Con información de Magazine Horse y Vivir Europa