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    Puente colgante colapsa en plena reinauguración

    Un puente colgante se colapsó en Cuernavaca mientras el alcalde y otros funcionarios públicos daban un recorrido de reinauguración.

    Un sospechoso incidente se dio dentro del parque Barranca de Amanalco en la capital del estado de Morelos. Mientras el alcalde de Cuernavaca encabezaba la reinauguración del espacio un puente colgante colapsó. Esto derivó en que cerca de 30 personas cayeran cerca de dos metros.

    El parque anteriormente mencionado sufrió daños considerables debido al sismo del 2017. Sin embargo, en el 2021 el gobernador Cuauhtémoc Sánchez y el alcalde Julio Urióstegui Salgado firmaron un acuerdo para rehabilitar el espacio. El 7 de junio del 2022 el alcalde junto a su esposa, miembros de su cabildo y otros funcionarios públicos, dieron un recorrido de reinauguración de Barranca de Amanalco.

    El puente no recibió mantenimiento

    Al llegar al puente colgante del Paseo Ribereño un grupo grande de personas lo cruzó. El peso y la presión sobre el mismo hicieron que este colapsara. De acuerdo con el titular de Protección Civil de Morelos, Enrique Clement, dos personas resultaron con heridas graves. Por otra parte, hubo seis individuos que requirieron ser trasladados en camilla y al menos 25 personas más que sufrieron de heridas leves debido a la caída. Afortunadamente, no hubo pérdidas humanas durante esta caída.

    Luego del incidente se supo que el puente colgante no había recibido mantenimiento aunque otros elementos del parque sí lo habían hecho. Asimismo, el Paseo Ribereño fue clausurado nuevamente con el fin de poder investigar las otras estructuras que necesiten de rehabilitación dentro del parque.

    ¿A dónde crees que se haya ido el recurso para el mantenimiento del puente colgante en Cuernavaca?

    Con información de El Universal y Aristegui Noticias

    Yet Akatzin Almazán
    Yet Akatzin Almazán
    Alguna vez lo tuve todo y hoy ya no hay nada de eso. Pero nunca hay vacío. Alguna vez tuve trece gatos y ahora soy solo una gata bajo la lluvia que no sabe más que escribir, jugar y llorar. Sigo siendo malabarista por amor al arte y escritora por oficio, por empecinada.

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