La cueva de Voronia es la segunda más profunda en el mundo, además de que es un complejo laberinto lleno de trampas naturales.
La cueva de Voronia es una red de túneles que llevan a distintas cámaras o ‘cuartos’ naturales. Hasta el momento equipos de espeleología han intentado llegar a su fondo, pero tras 2000 metros en decenso esta cueva no parece llegar a su fin.
Krúbera-Voronya, como también es conocida, es parte del sistema de cuevas de Arábika, Georgia. Específicamente, se encuentra bajo los montes de Gagra. Un equipo de exploradores encontró la cueva por primera vez en 1960 y bajaron a una profundidad de 180 metros. Casi veinte años después el Club Kiev de espeleología pudo descender a una profundidad de 340 metros.

Aunque los primeros equipos aseguraban que no había manera de descender más en la cueva un grupo ucraniano encontró en 1999 una especie de ‘ventana’ que separaba el camino de la cueva en dos. Uno de ellos era el encontrado por el Club Kiev. Sin embargo, otro llevaba hasta una profundidad de 700 metros.
Al llegar a los 700 metros se instaló el primer campamento subterráneo en la cueva. Gracias a este el equipo ucraniano pudo realizar otras expediciones que los llevaron hasta los 1200 metros de profundidad. A partir de ahí diversos grupos internacionales como UkrSA, CAVEX, MTDE y nuevamente el Club Kiev comenzaron a interesarse por encontrar el final de la cueva.
Las diversas expediciones han mostrado que la cueva de Voronia es en realidad un complejo sistema de túneles y cámaras por sí mismo. Debido a que algunas de estas cámaras pueden inundarse durante las lluvias, equipos como el del español Jesús Calleja han quedado atrapados durante varios días antes de poder salir. Asimismo, existen diversos pasajes que solo se pueden atravesar en posición horizontal. En muchos de estos los equipos saben que, en caso de emergencia, un rescate es prácticamente imposible.

Hasta el momento la profundidad más grande que se ha alcanzado es la de 2197 metros. Sin embargo, a partir de los 2080 metros aproximadamente el camino está completamente inundado. Debido a esto, solo espeleólogos especializados en buceo han podido acceder a estas partes. El primero de ellos y el que hasta ahora ostenta el récord del mayor descenso es el ucraniano Gennady Samokhin. La última incursión que este ucraniano tuvo a la cueva fue durante una expedición masiva que incluyó a cerca de 60 personas alrededor del mundo. Esta fue liderada por Jura Kasjan en el 2012. En esa ocasión, Samokhin mejoró su marca al alcanzar los 2197 metros de profundidad. Este es un récord que hasta el momento no ha podido ser roto por ningún otro equipo o espeleólogo.
Te compartimos el video de una expedición realizada en el 2013. Aunque no está en español podrá darte una idea más completa de los retos que se enfrentan los expedicionarios y expedicionarias que se enfrentan a este laberinto de cuevas.